“Conociendo tu sexualidad, un día tropezarás con tu espiritualidad. Entonces serás libre.”

Bhagwan Shree Rajneesh, OSHO

Horarios por cumplir, competitividad, prisa, problemas de índole diversa por resolver… distracciones que aleja a la pareja occidental de lo más trascendente: el contacto entre ellos.
El ser humano actual debe reconectarse con su ser más profundo y, a partir de allí, vincularse de manera más completa con su pareja.
Vivir de acuerdo a los preceptos del tantrismo, es comenzar a transitar la existencia de forma apacible y placentera fuertemente vinculada a los planos vitales. Es emprender una vida más plena.

¿Qué es el Tantra? Podemos dar a ese interrogante múltiples respuestas que, en definitiva, no dejan de ser una sola.

El Tantra dice: todo lo que es parte de la naturaleza merece ser respetado, todo lo que es natural tiene un sentido, ya que la vida en su conjunto es divina.
El Tantra dice: tu cuerpo es sagrado. El amor y el sexo son una parte esencial de la vida, son parte de la naturaleza y parte de la divinidad que todos llevamos dentro; por lo tanto también, son sagrados.
El Tantra dice: vive el presente. El pasado ya pasó y no puedes cambiarlo. El futuro no existe hasta que no se manifiesta en presente. Sólo existe lo que ahora estás viviendo. No pienses en otra cosa más que en lo que estás haciendo y, entonces, lo harás bien.

Tantra: algo más que sexo

Es cierto que el Tantra trata del sexo, que ese es su punto de partida. Y, justamente allí, reside uno de sus grandes valores. El Tantra y el Tao son los movimientos espirituales que han estudiado el sexo con más sabiduría, los únicos que lo han puesto en el lugar que le corresponde; pero el Tantra es mucho más que sexo.
Es cierto que se puede rescatar del Tantra el simple concepto de que la sexualidad es bella y natural, que es necesaria y que es una fuente de poder y satisfacciones. Ello no es poca cosa: el Tantra lo caracteriza como el nivel del gozo creativo y responsable. Al llegar hasta allí se goza más de la sexualidad y se mejora la relación de pareja haciendo que sus integrantes tengan más imaginación, más sensualidad y más fantasía.
Pero no es ese el fin último de la filosofía que nos ocupa. El Tantra busca que las personas sean más completas, más libres, más poderosas y realizadas, abriendo las perspectivas de la mente y conociendo y activando la energía Kundalini. Si bien el sexo o la energía sexual es el punto de partida, el Tantra propone conocer dicha energía sin quedarse estancado en ese punto, trascendiéndola. Se trata de conocerla y utilizarla para evolucionar espiritualmente en pos de que se produzca la alquimia espiritual.
Cuando la energía erótica se focaliza y trabaja desde la perspectiva tántrica para la evolución de la consciencia y yendo más allá del placer, se produce un crecimiento interno.
La práctica del Tantra permite profundas reconversiones energéticas: lleva de la depresión a la iluminación, de la crítica estéril a la creatividad, de la rigidez a la flexibilidad, del impulso ciego a la consciencia.

Estos maravillosos conocimientos están a tu alcance, para aprender y compartir:

Principios del tantrismo

No puede resumirse fácilmente en qué consiste esta serie de enseñanzas, porque el tantrismo ha abarcado —y, aún hoy, lo hace- un espectro muy amplio de creencias y prácticas. Sin embargo, para dar una descripción simplificada, se puede decir que la mayoría de las escuelas del tantrismo incluyen los siguientes rasgos:

  • La creencia en que la mente y la materia son manifestaciones de una realidad espiritual superior, que es nuestra verdadera naturaleza siempre presente.
  • La convicción de que la realidad espiritual no es algo distinto del reino empírico de la existencia, sino algo inherente a él.
  • El convencimiento en la posibilidad de lograr la iluminación permanente o liberación mientras se permanece en el estado físico
  • La meta de lograr la liberación/iluminación por medio del despertar del poder espiritual y energético adormecido en el cuerpo-mente humano, esa energía denominada Kundalini.
  • La creencia en que nacemos muchas veces, en que este ciclo sólo se interrumpe en el momento de la iluminación y en que la cadena del renacimiento está determinada por la calidad moral de nuestras vidas.
  • La asunción de que vivimos en la actualidad en la Edad Oscura y que, por consiguiente, debemos servirnos de toda posible ayuda en el camino espiritual, incluso de prácticas que se juzgan “indecentes” por la moralidad convencional.
  • La creencia en la eficacia mágica del ritual, basado en la noción metafísica de que el microcosmo (es decir, el ser humano) es un reflejo fiel del macrocosmo (o sea, el universo).
  • El reconocimiento de que la iluminación espiritual se acompaña de, o proporciona acceso a, una amplia variedad de poderes psíquicos, y un cierto interés en la explotación de estos poderes, tanto para propósitos materiales como espirituales.
  • La comprensión de que la energía sexual es un depósito importante de energía que debe utilizarse con sabiduría para acelerar el proceso espiritual, en lugar de bloquearlo mediante la consecución del orgasmo.
  • Énfasis en la valerosa experiencia de primera mano, en lugar de confiar en el conocimiento de otros.
Para obtener sus efectos completos, algunas asanas como esta que vemos representada, deben acompañarse de: correcta posición de las manos, contracciones, control de la respiración, concentración visual y la repetición de mantras.
Ciertas fórmulas ayurvédicas son utilizadas en los ritos tántricos por sus supuestas propiedades de rejuvenecimiento.
Rati y Kama. La primera encarna la energía cinética. Kama es el dios del amor cantado por los Vedas. Rati y Kama permanecen en estado de unión donde ellos gozan de la beatitud de la no-dualidad.
La verdadera unión sexual implica un largo y arduo aprendizaje. Al llegar a este estado de unión se logra abolir las aparentes polaridades.

“Nada está equivocado en el sexo puro y simple.
Es natural.
No hay necesidad de esconderlo detrás de la hermosa palabra “amor”. No hay necesidad de crear una nube de romance alrededor de él.
Debería ser un fenómeno puro: dos personas que, en un momento, sienten que quieren comunicarse en un nivel más profundo. Eso es todo.
Sin obligación, sin deber, sin compromiso a través de él.
El sexo debe estar lleno de juego y de plegaria” ”. (Bhagwan Shree Rajneesh, Osho)

Todo aquello que existe en el macrocosmos se encuentra en el cuerpo humano. Es entonces en si mismo que reside la verdad. Esta pintura es una proyección mental de los medios y del fin del yoga tántrico.
Bajo los aspectos cambiantes de Durga, Ambika, Bhavani, Kumari y otros. Devi personifica al Ser Primordial.
En este asana, el hombre y la mujer se unen boca a boca. Su consciencia individual se funde en la consciencia universal y la polaridad de los cuerpos desaparece.
El nudo que forman el hombre y la mujer enlazados permite un control completo de ciertos centros vitales del cuerpo.

El sexo en la historia de las tradiciones espirituales

Desde hace milenios, muchas tradiciones espirituales han obviado el tema del sexo. Otras, simplemente, lo han reprimido y condenado abiertamente, teniendo para con el erotismo solo palabras duras, y castigos para quienes se atrevieran a practicarlo y, sobre todo, a gozar de él sin culpas.
Esa condena al sexo, al erotismo ha ido pareja con la condena a la naturaleza, al cuerpo y al ser humano, especialmente a la mujer. Y todo ello ha sido el origen de muchos males. Al reprimir la naturaleza humana se condenó también la libertad y la dignidad del hombre y la mujer. Hemos necesitado (y seguimos necesitando) mucho tiempo para comenzar a recuperarla.
Nadie puede contener a la naturaleza sin causar un grave perjuicio. Desde la oscuridad a la que arrojaron a la sexualidad, ésta ha surgido en forma de peligrosos fantasmas: violencia sexual, sexo compulsivo, hastío, frigidez, impotencia, etcétera. Son muchos y varios los espectros que surgen del lugar de podredumbre que hay tras las represiones no naturales.
Si se reprime algo que es poderoso y natural, entonces no es posible librarse de ello. Volverá de las sombras transformado en obsesión, violencia, rencor y fuerza compulsiva. El Tantra, su práctica, su concepción de la vida y de los seres humanos es una suerte de antídoto contra esos males.

La entrada en los círculos de iniciados del tantrismo esotérico esta marcada por el rito del chakra-puja. En este rito secreto el neófito cruza la frontera que separa lo profano de lo sagrado.
El universo se compone de tres mundos asimilados a sus cualidades respectivas: Sattva (conciencia = mundo superior), Rajas (acción = mundo medio) y Tamas (oscuridad, inconciencia = mundo inferior). En el centro de la figura encontramos el mundo inferior.
«Del juego puro procede toda creación; por el juego ella se mantiene, hacia el juego ella tiende y al juego ella retorna».

“Hasta el presente las sociedades, las religiones y la iglesia, han estado tan en contra del sexo que crearon un odio inconsciente hacia él.
Podrás no darte cuenta conscientemente, podrás no detectarlo en ningún lugar de tu mente.
Ha llegado a las mismas raíces del cuerpo, a nivel de las entrañas, porque durante siglos se le ha enseñado a la gente a estar en contra del sexo.
Este odio tiene que ser abandonado, ese odio y esa condenación tienen que ser dejados y eso sólo puede ser hecho si aprendes a reverenciar el sexo”. (Bhagwan Shree Rajneesh, Osho)

El Tantra y el sexo

Contrariamente a las tradiciones espirituales que soslayaron o condenaron el goce sexual, el Tantra sabe que todo en la vida es energía y que una de las formas que ésta adopta es la sexual. El tantrismo no divide lo material de lo espiritual, porque desde su perspectiva toda división es falsa: todo y todos estamos unidos eterna e irremediablemente al Cosmos, al Universo.
La filosofía tántrica sabe que el sexo es sumamente importante y que, utilizado sabiamente, puede ser un motor que purifique e ilumine el espíritu, el camino que nos guíe a la transformación profunda.
El Tantra acepta el cuerpo como sagrado, el deseo como puente fundamental en el camino hacia la trascendencia y el sexo como fuente de placer, meditación y éxtasis.
El Tantra brinda la posibilidad a todo hombre y mujer de despertar verdaderamente hacia el cosmos a partir de la experiencia sexual; de sentir, experimentar y gozar la esencia divina que todo ser humano lleva en su interior.
Para el Tantra, el acto sexual es una primera puerta en el camino hacia la unidad cósmica con lo divino, una representación en microescala de la ley de atracción del universo; una réplica humana del abrazo erótico de los dioses Shiva y Shakti.

Sexo profano y sexo tántrico: algunas diferencias esenciales.

Tal como se podrá ir intuyendo hasta el momento, el sexo practicado por la inmensa mayoría de las parejas occidentales poco tiene que ver con la relación erótica que se produce si la pareja se conecta desde una perspectiva tántrica. A continuación, especificamos y aclaramos esas diferencias.

  • En el sexo profano se mantiene la división. Si bien la pareja puede estar unida por fuertes vínculos físicos y emotivos, siempre se tiene la sensación última y definitiva de que se trata de dos seres humanos relacionados momentáneamente de una manera poderosa, pero fugaz. Contrariamente, en el sexo tántrico se tiende a la fusión total de los amantes en el denominado “andrógino”. Desde esta perspectiva, el acto sexual es visto, entonces, como un intento de regresar a ese ser completo que alguna vez fuimos.
  • Muy vinculada a esa primera diferencia que acabamos de señalar, aparece otra: en el sexo profano el ego de cada uno de los amantes permanece intacto y en la unión nunca se llega a una fusión profunda y total. En el sexo tántrico, en cambio, desaparece el ego, con ello se esfuma la dualidad y se arriba a la unidad total, a la unificación completa de las almas y de las energías.
  • El sexo profano suele ser visto como una “descarga”, como una suerte de situación placentera que nos permite descargar, desprendernos de tensiones y otro tipo de energías negativas que afectan nuestro cuerpo y nuestra mente; pero, en definitiva, es pérdida de energía. El sexo tántrico es, exactamente, lo contrario. Es una retroalimentación energética que se pone en funcionamiento cuando la Kundalini comienza su ascenso desde el primer chakra (en donde se origina) hacia los chakras superiores.
  • Relacionado con lo que acabamos de explicar surge otra disparidad. Mientras el sexo profano se agota en el deseo y la pasión, en el sexo tántrico se intensifica el deseo y el fuego interno por el manejo consciente de la energía Kundalini.
  • Otra diferencia (tal vez, la más conocida para los no iniciados) es que, mientras el sexo profano está limitado a un período de tiempo, el ritual sexual tántrico puede durar horas, en tanto y en cuanto las técnicas de respiración yóguicas y las visualizaciones, entre otras herramientas, permiten demorar el orgasmo masculino.
  • Por eso mismo que acabamos de mencionar, en el sexo profano a menudo se cae en una cierta tristeza y un cierto desasosiego luego de haber alcanzado el clímax, mientras que en su variante tántrica se profundiza un estado de consciencia superior que acarrea armonía y dicha.
  • La rutina (que arriba a veces más tarde y otras más temprano) es una suerte de destino ineludible, al decir de la mayoría de las parejas, del sexo profano. De manera opuesta, el Tantra hace del acto sexual un ritual mágico siempre renovado.
  • Por último finalizaremos este punto con una metáfora tal vez un tanto arriesgada, pero que ilustra de manera muy clara la diferencia entre los dos tipos de vínculo erótico. El sexo profano es como una rápida excursión a un local de comidas rápidas donde se ingiere de manera apurada alimentos estandarizados. El sexo tántrico convierte a quienes lo practican en gourmets que evitan comer con glotonería, saben tomarse tiempo para obtener un mejor disfrute y prefieren degustar cada bocado de los alimentos y que ven en la sucesión de platos la ocasión perfecta para disfrutar de una cadena de placeres

“La gente hace el amor demasiado.
Lo han hecho casi una rutina.
Uno debe reservarlo para algunas raras ocasiones, cuando se está realmente fluyendo, cuando hay un espacio diferente. Se lo debe mantener como un regalo para momentos únicos, de otra manera, la vida se hace muy aburrida.
Haz el amor solamente cuando sientas un gran deseo y una ardiente pasión. Si no, simplemente di: discúlpame no es el momento ¿Cuál es la razón? Simular no es bueno.
Y si dejas de simular, encontrarás que tu profundidad al hacer el amor crece mucho más”. (Bhagwan Shree Rajneesh, Osho).


El Hatha Yoga es, probablemente, el método de Yoga más conocido y extendido en el mundo occidental. Se compone de un abanico de técnicas psicofísicas y espirituales para arribar a la armonía. Las asanas son parte esencial de su práctica y consisten en posturas corporales que benefician la circulación energética, estimulan los chakras y liberan la rigidez de la musculatura al otorgarle al cuerpo un alto grado de flexibilidad. Por ello, es que constituyen aliados esenciales del Tantra y, más específicamente aun, del sexo tántrico. Mediante una práctica regular de asanas, los chakras estarán más energizados y el cuerpo más flexible para ponerlos al servicio del sexo sagrado.