No es necesario estar enfermo para experimentar los beneficios del Shiatsu. Al aumentar y regularizar el nivel energético se reducen el estrés, la ansiedad y las tensiones, permitiendo que la vitalidad general aumente.

Érica Gómez del Corral

Shiatsu es una palabra japonesa que significa “presión de dedos”.
Se trata, básicamente, de un método de medicina preventiva y curativa que apela al poder sanador de las manos para lograr el bienestar integral del ser humano, esto es, la justa armonía entre los planos físico, psíquico, espiritual y energético.

El sentido de la palabra Shiatsu (“presión de dedos”) no debe llevarnos a una errada simplificación: el Shiatsu no es solamente una simple presión con los dedos. Es, verdaderamente, un intercambio de energía entre dos personas, una suerte de conversación curativa táctil que tiene como objetivo alcanzar la plenitud y la armonía de los distintos planos del ser humano.

Los estilos del Shiatsu:
Como sucede con otras ramas de las denominadas medicinas alternativas, el Shiatsu fue desarrollando distintas escuelas y estilos. Algunos de ellos se concentran en los acupuntos o tsubos (puntos que se encuentran sobre los meridianos transportadores de energía y que, al ser estimulados, alivian dolencias) mientras que otras dan mayor importancia al trabajo corporal.

Las principales escuelas y estilos son los siguientes:
Shiatsu Tsubo: se trata, como su denominación lo indica, de una corriente que hace hincapié en los tsubos o acupuntos desde una perspectiva básicamente anatómica-fisiológica y que fue introducida alrededor de 1980 por el Dr. Hiroshi Ishizuka quien impartió estos conocimientos en sus seminarios. En general, suele ser un estilo que se enseña a los estudiantes avanzados, cuando ya poseen los fundamentos de la disciplina.

Shiatsu Keiraku: basado en la teoría de los meridianos de la Medicina Tradicional China algunos investigadores señalan el comienzo de esta tendencia hacia el año 1964, cuando el maestro Tadashi Izawa publicó su libro «Meridianos y Terapia Shiatsu». En este tipo de práctica los terapeutas presionan sobre la totalidad o parte del meridiano con sus pulgares. Por esa razón, algunos piensan que esta técnica debería considerarse, más que como un estilo de Shiatsu, como una forma de Do-In, acupresión o digitopuntura.

Shiatsu Zen: es una de las escuelas que mayor difusión ha tenido en Occidente en los últimos tiempos. Se caracteriza por inspirarse en la práctica de los monjes budistas japoneses, además de incluir ejercicios especiales conocidos como MakkoHo (tendientes a estirar el flujo de Chi) y formular una serie de principios orientadores para hacer más eficaces las técnicas. Se caracteriza porque los terapeutas utilizan sus codos, rodillas y partes huesudas del cuerpo para aplicar una presión más fuerte a los puntos de los meridianos en vez de utilizar sus pulgares, dedos o palmas.

Shiatsu Tao: se trata de una forma de Shiatsu derivativo que, además de la experiencia física, incluye prácticas religiosas y espirituales, tales como recitar oraciones.


Oha Shiatsu: es una marca registrada y su aplicación implica menos presiones con el pulgar, enfocándose en cambio en equilibrar el cuerpo a través de la técnica Seitai, un tipo de estiramiento o manipulación que se hace en el cuerpo para conseguir un mejor equilibrio.

Shiatsu macrobiótico: técnica de Shiatsu que toma los principios de la conocida dieta a modo de complemento para la práctica física.


Shiatsu Aze: tal vez la más reciente corriente, fue ideada hacia finales del siglo XX y principios del XXI, por Shigeru Onoda Sensei cuya principal particularidad reside en adaptar la técnica Shiatsu a las necesidades de la constitución corporal occidental.

El poder curativo de las manos

Justo es decirlo: el Shiatsu no es el único método que apela al poder curativo de las manos. La potencia terapéutica del tacto se conoce en muchas culturas diversas desde tiempos inmemoriales. Papiros encontrados en distintos lugares que pertenecieron al antiguo Egipto, muestran a personas de importante investidura colocando sus manos sobre diversas zonas del cuerpo de otro. Los chamanes (médicos hechiceros de tribus tanto amazónicas como siberianas, entre otros) apelaron —y, aún hoy, lo hacen— a sus manos en pos de erradicar dolencias
Hoy día, en los albores del siglo XXI, muchos métodos basados en el poder terapéutico de las manos cobran más y más difusión. Por supuesto, el Shiatsu es uno de ellos y, de hecho, uno de los que más difusión ha cobrado actualmente en el continente europeo y americano. Pero no es el único. También es reconocido el poder del Do In (estimulación manual de puntos específicos sobre los meridianos energéticos), el Reiki (transmisión de energía a través de las manos, ya sea sobre los chakras o sobre otras zonas corporales) y el Nuad Bo-Rarn (masaje tailandés basado en compresión, estiramientos y balanceos), entre otros.

La energía reside dentro nuestro

El Chi
El Chi es el principio activo fundamental, el resultante de las dos fuerzas dinámicas fundamentales (Yin y Yang) y es, básicamente, energía universal. Otras culturas han trabajado conceptos similares y, quizás, eso ayude al lector a comprender más cabalmente el concepto: el prana de los yoguis, el Ki de los japoneses y la energía orgónica del psicoanalista Wilhem Reich, aludían a la misma idea.
El Chi adopta formas concretas en determinados lugares y en momentos particulares. Lo que el occidental suele considerar o percibir a modo de estructuras físicas sólidas son, para la medicina tradicional china, zonas de concreción de energía, o sea, de Chi.

El Chi tiene las siguientes funciones:
• Proporcionar la energía necesaria para llevar a cabo los procesos metabólicos.
• Ser la fuente de todo movimiento.
• Regular la temperatura el cuerpo.
• Proteger el organismo de la invasión de factores climáticos.
• Defender el cuerpo del ataque de virus y bacterias.
• Gobernar la contención de los fluidos y mantenerlos en el lugar correcto.

Distintos tipos de Chi
Si bien la noción de Chi, en sentido general, basta para una primera aproximación a los conceptos básicos de la medicina china, lo cierto es que a lo largo de los milenios, los médicos de esta tradición la han catalogado de diferente manera, a saber:
Yang Chi y Yin Chi: esta distinción se da en función del tropismo de la energía. Aquello cuyo movimiento se dirige hacia el exterior y hacia arriba es considerada Yang. Contrariamente, cuando la fuerza va hacia abajo y hacia adentro, es del orden del Yin.
Qing Chi: también se lo conoce como del cielo o puro. Se trata de la energía que existe en la naturaleza y en el aire. Penetra en el organismo a partir de la respiración.
Yuang Chi: es la energía original, producida por el Jing innato o congénito (una suerte de “esencia” de cada ser humano) y se distribuye en todo el cuerpo a través de la acción del triple calentador.
Zong Chi: Formado por el Chi puro en unión con el Jing adquirido. Su función específica consiste en regular los ritmos cardiaco y respiratorio y hacer otro tanto con la voz y la circulación sanguínea.
Ying Chi: Este término alude a la energía proveniente de la alimentación transformada en el bazo y el estómago. Recorre el organismo a través de los meridianos en un movimiento doble que se completa en 24 horas.
Wei Chi: Energía de naturaleza sumamente sutil, se trata de una fuerza de naturaleza protectora y defensiva, especialmente contra las agresiones de los factores externos.

El Chi y los desórdenes
¿En qué circunstancias el Chi puede desorganizarse y qué síntomas provoca esto?
• Una posibilidad es la debilidad. Ya sea porque se está convaleciente de una enfermedad, se tiene una dieta pobre que no aporta los nutrientes necesarios o por exceso de trabajo o actividad, cuando el cuerpo se debilita el Chi no tiene la potencia adecuada. En estos casos, se experimenta sensación de debilidad, escalofríos y fatiga.
• Otra alternativa es que el flujo de Chi se encuentre obstruido a causa de algún tipo de problema: emocional, climático, dieta inadecuada, etcétera. Cuando eso sucede, se evidencia mediante dolor e inflamación de los órganos o zonas afectadas y puede también haber síntomas de desórdenes emocionales.
• Una tercera opción es lo que el Chi no fluya en la dirección normal. Ello provoca síntomas diversos de acuerdo a él o los órganos afectados. Si son los pulmones, por ejemplo, habrá dificultades respiratorias, mientras que si es el estómago, se presentarán náuseas y vómitos.

Ejercicios corporales para entrar en contacto con la tierra

Para ser un buen practicante de Shiatsu, relacionarse física, energética y espiritualmente con la tierra es de una importancia capital. Entrar en contacto con el suelo y volver a ser consciente del efecto de la fuerza de gravedad sobre el cuerpo son dos puntos fundamentales al respecto. ¿Por qué líneas más arriba he escrito “volver” a ser conscientes de la fuerza de gravedad? Porque en nuestra muy temprana infancia lo fuimos, pero de adultos lo hemos olvidado, como lo hemos hecho con tantas otras cosas que fueron fundamentales en nuestro desarrollo. Pero lo cierto es que, de pequeños, debimos luchar con la gravedad que se nos imponía y debimos hacer un gran esfuerzo para, en principio, levantar la cabeza. Luego, mover el cuerpo, gatear, ponernos de pie y caminar supusieron titánicas luchas contra esa potencia que nos obligaba a mantenernos abajo y nos impedía el ascenso. Pero es precisamente esa lucha que todo bebé y todo niño emprende contra la gravedad lo que da lugar a las curvas secundarias de la columna vertebral –que se ubican en el cuello y en la región lumbar– e influye de manera decisiva en nuestra postura y nuestro equilibrio.

Estos maravillosos conocimientos están a tu alcance, para aprender y compartir: