La Energía Vital Universal…
Reiki es un término japonés que significa “Energía Vital Universal” o “Energía Universal de Vida”. La sílaba Ki alude a la energía universal, ilimitada e inagotable; Rei constituye parte de ese gran caudal energético: nuestra fuerza personal. De esa manera, Reiki alude a la confluencia de la Energía Vital Universal con nuestra fuerza vital personal; hace referencia a la intersección y al intercambio entre la fuerza del Todo universal y la potencia energética individual, presente en todo ser humano.
La palabra Reiki describe también los métodos con cuya ayuda se transmite esa Energía Vital Universal. Es una metodología terapéutica natural y fácil de aprender que consiste en utilizar el poder de las manos sobre nosotros mismos, otra persona, planta o animal de modo tal de transmitir la Energía Vital Universal. El tratamiento concreto se efectúa por imposición de manos, cubriendo todo el cuerpo físico, trabajando sobre los chakras
¿Cómo actúa el Reiki? Quitando las obstrucciones o bloqueos al libre flujo de la Energía Vital Universal que puedan existir en cualquier lugar del cuerpo, de manera tal de recuperar la armonía y el equilibrio energético, ya que se considera que esas obstruc- ciones, que surgen de pensamientos, acciones y sentimientos negativos, son la causa fundamental de la enfermedad.
El Reiki es una de las herramientas más maravillosas de que disponen el hombre y la mujer contemporáneos para afrontar una vida que, especialmente en el mundo occidental, se encuentra cada vez más lejos del ritmo y la armonía natural de la existencia. Es, simplemente, un método de curación y sanación absolutamente natural para quienes tienen necesidad de él y que pone a su disposición de manera sencilla la maravillosa posibilidad de restablecer la armonía dañada y reencontrar el equilibrio perdido.
El Maestro Usui transmitió cuatro símbolos de poder, tres de los cuales se enseñan en el nivel II:
– El Símbolo del Poder o de la Activación (Cho Ku Rei).
– El Símbolo Mental- Emocional o de Armonía (Sei He Ki).
– El Símbolo de la Distancia o del Espacio-Tiempo o Símbolo para la curación a distancia (Hon Sha Ze Sho Nen).
El cuarto, el Símbolo Maestro (Dai Ko Myo), se da a conocer en el nivel III o maestría. Esos son los símbolos básicos del Sistema Usui Japonés que deben ser implantados en el sistema energético de los alumnos por cualquier maestro.
Cada símbolo, a su vez, va asociado a un mantra o kotodama que también tiene el “poder” de invocar la presencia de la Energía Vital Universal cuando se piensa o pronuncia con esa intención (usualmente, el mantra se dice tres veces).
Estar iniciado en Reiki implica que uno esté dispuesto a recorrer el Reiki Do, o sea, el camino del Reiki. Y para ello es necesario practicar el autotratamiento o la autocuración, el tratarse a sí mismo en lugar de curar a otra persona. En consecuencia, debe acostumbrarse a darse Reiki a sí mismo diariamente ya que, en realidad, no es la fuerza de la Energía Vital Universal la que produce, en última instancia, sanación ni crecimiento espiritual. Lo que induce a efectos tan benéficos son la confianza y la paciencia del iniciado, confianza y paciencia en los autotratamientos consecuentes y continuados, de manera tal de ir disolviendo de forma paulatina los bloqueos del pasado ya que, cuanto más se autotrate un reikista, más fuerte fluirá Reiki en él.
La Energía Vital Universal es amor incondicional y, por lo tanto, no puede generar karma negativo ni ningún tipo de dependencia. Además la Energía Vital Universal es un regalo del Cosmos, un don y, por tanto, no puede comprarse ni venderse; únicamente, se recibe con agradecimiento. Por lo tanto, es de primordial importancia que se tenga en claro que cuando se realizan terapias o cursos no se “compra” ni se “vende” Reiki.
Ahora bien, para que la Energía Vital Universal (que es una vibración del orden de lo superior) pueda ser aplicada a un receptor, es imprescindible hacerlo en determinadas condiciones espacio-temporales que se inscriben, indiscutiblemente, en un orden de vibración inferior. Esto quiere decir: para que alguien reciba un tratamiento o un curso de Reiki, esto no puede llevarse a cabo en un plano “abstracto” y superior: deben emplearse un tiempo, un lugar e incluso una dedicación determinada.
Tal como lo señalamos más arriba, la Energía Vital Universal (que, insistimos, es del orden de lo superior) no genera karma negativo alguno. Pero no sucede lo mismo con los los condicionantes espacio-temporales antes indicados (tiempo, lugar, etc.), que son del orden de lo inferior y, como consecuencia de ello, están sujetos, de manera inexorable a la Ley de Causa-Efecto (karma). Entre otras consecuencias, eso determina que pueda generar dependencia. Para evitarlo, existe un “antídoto” que puede transmutar esa ley.
Como es de sentido común, los terapeutas de Reiki tienen derecho a solicitar una contraprestación por transmitir Energía Vital Universal, ya que si bien (tal como se lo aclaró) el Reiki no se compra ni se vende, una sesión supone otro tipo de gastos entre los cuales puede estar el alquiler de un sitio adecuado, los aceites aromáticos empleados, etc. Por ello, cuando alguien pone precio a un tratamiento o a un curso, no está “vendiendo” Reiki sino que está cobrando por el tiempo, el espacio y la dedicación empleados. En suma, por el desgaste energético que supone una sesión o curso de Reiki y que no tienen relación alguna con la Energía Vital Universal sino con los condicionamientos propios de nuestra existencia terrenal.
Los antiguos maestros védicos enseñaban “Nada Brahma“, el universo es vibración. El campo vibratorio es la raíz de toda experiencia espiritual e investigación científica verdaderas. Es el mismo campo de energía que los santos, budas, yoguis, místicos, chamanes, sacerdotes y videntes han observado al mirar dentro de si mismos.