La medicina tradicional china (una ciencia con más de 4.000 años de antigüedad) tiene como principal objetivo, además de curar las enfermedades, mantener la buena salud. Su punto de partida es un axioma fundamental: la existencia individual del ser humano resulta inseparable de la vida cósmica total. Y es, justamente, en esa relación ser humano— universo donde se juega el estado de salud de cada individuo.
Del libro Medicina Tradicional China de Mauricio López Lumi.
En las últimas décadas, Occidente ha presenciado la disponibilidad pública y la aceptación general de distintos tipos de terapias alternativas de salud. Aromaterapia, Shiatsu, Reiki, Terapia Floral, Reflexología, Acupuntura, Moxibustión, Tai Chi Chuan, Auriculoterapia, Gemoterapia… y la lista podría seguir largamente.
Bajo ese amplio paraguas de las denominadas “medicinas alternativas” al que acabamos de aludir, existe una variedad de terapias que pueden ser denominadas como medicina energética. La medicina energética es un amplio campo que cubre una variedad de prácticas terapéuticas de muchas partes del mundo. Básicamente, se caracteriza por lograr resultados, tanto a nivel físico como psíquico, a partir de operar sobre el cuerpo energético de la persona, lo cual puede hacerse a partir de los denominados chakras, de los meridianos transportadores de energía o del aura o cuerpo áurico.
Al examinarnos en busca de una dolencia debemos considerar nuestra naturaleza Bio-Psico-Social, es decir que nuestro ser Biológico no está separado del Psicológico ni tampoco del Social. Las propiedades individuales de estos sistemas deben ser analizados en un «total», en conjunto, para lograr tener una identidad definitiva del individuo y así hacer una lectura correcta de aquello que lo afecta. Y si aún así se analizase una de las partes, se debe tener en cuenta las otras para lograr un resultado definitivo.
Hólos (del Griego «todo», «totalidad», «por entero») da origen al concepto de Holismo, definiendo éste la sinergia producida entre las partes y poniendo acento en que la individualidad de cada una no es nada sin las otras.
Enfermedad y salud se perciben como contrarios. No lo son, no mas que el calor y el frío por ejemplo así como estos son expresión de diferentes longitudes de onda de una misma radiación, la enfermedad y la salud son formas de expresión de una misma vida. La enfermedad no proviene de fuera, no es un enemigo sino una creación del organismo, del Ello.
(Georg Groddeck).
Cuando optamos por pensar y actuar negativamente estamos manteniendo una constante baja vibratoria. Estos pensamientos provocan emociones negativas que a su vez producen sustancias químicas en nuestro cuerpo de la misma calidad. Es aquí cuando nuestro físico refleja alguna enfermedad o dolor. Nuestra vibración interior materializa la vibración exterior.
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el ser humano es un microcosmo y, como tal, su existencia individual resulta inseparable de la vida cósmica total. Y es, justamente, de esa relación microcosmo (ser humano) macrocosmo (universo) de lo que dependerá el estado de salud de cada individuo. Es en el vínculo cuerpo (interior) totalidad (exterior) donde se juega el hecho de estar sano o de estar enfermo. Por ejemplo, si los cambios medioambientales son demasiado rápidos, es posible que el hombre no pueda adaptarse a ellos y se pierda el equilibrio medio ambiente-individuo, con lo cual la consecuencia, será la enfermedad.
Del libro Medicina Tradicional China de Mauricio López Lumi.
Siguiendo con esta concepción, en la medicina china la salud y la enfermedad son concebidas en términos energéticos, relacionales e integrales: sólo integrando de manera positiva y adecuada las energías físicas, psíquicas, anímicas y espirituales con el ambiente, con el mundo exterior, el ser humano estará y será sano. Y ser sano es, desde esta perspectiva, no sufrir enfermedad alguna y ser feliz. Nadie infeliz es considerado sano desde la mirada de la medicina china.
Los chinos han utilizado los conceptos de Yin y Yang para crear un tipo de medicina capaz de tratar de manera efectiva una amplia gama de dolencias. Esa es la razón por la cual la medicina china es tan eficiente: se trata de un sistema completo, con una visión totalizadora del ser humano y del universo (y de los vínculos entre ellos).
La medicina tradicional china es la más que más ha durado, sin interrupciones y en continuo avance, desde sus orígenes que se remontan, de manera increíble, hasta la misma prehistoria.
Se sabe que hace aproximadamente 500.000 años habitaban seres humanos en la zona del valle del Huang He en China, donde ya se llevaban a cabo prácticas médicas. Estos primeros médicos chinos comenzaron a establecer la tradición de las plantas curativas (la fitoterapia o fitomedicina) y llevaron a cabo los primeros logros en el área de acupuntura y cirugía.
El eje central de la acupuntura es el sistema de meridianos , o sea, esos “ríos” corporales encargados de la circulación de energía vital, sangre y fluidos por todo el organismo. Cuando ese sistema de meridianos funciona con normalidad, el ser humano es capaz de vivir sano y adaptarse a los constantes cambios del ambiente, tanto externo como interno.
Cuando optamos por pensar y actuar negativamente estamos manteniendo una constante baja vibratoria. Estos pensamientos provocan emociones negativas que a su vez producen sustancias químicas en nuestro cuerpo de la misma calidad. Es aquí cuando nuestro físico refleja alguna enfermedad o dolor. Nuestra vibración interior materializa la vibración exterior.