Y Dios creó a los Ángeles.
Los ángeles son seres espirituales, suerte de nexos entre el Señor y nosotros, los humanos, que operan como guías y consejeros de la Luz Divina. Se trata de entes inmortales, sempiternamente dispuestos a ayudarnos y a auxiliarnos a través de su energía siempre poderosa y generosa sin excepción, pues es tomada de manera directa de la fuente: Dios.
Si pudiésemos mirar con los ojos del alma y contemplar la realidad circundante con un grado de espiritualidad más elevado que el comúnmente alcanzamos la mayoría de los seres humanos en nuestro paso por la Tierra, podríamos ver en nuestro tránsito diario por la ciudad que estamos rodeados de presencias angelicales que no podemos percibir. Pero están. Tal vez, viajando a nuestro lado. La potente energía de todo este ejército de criaturas celestiales citadinas actúa en nuestra vida cotidiana, las más de las veces, sin que podamos percibirlo, y de un modo mucho más natural y espontáneo del que podamos imaginar.
Del Libro «Oráculo de los Ángeles Urbanos» de Nadine Mirabeaux
Toda persona “sabe” qué es un ángel. Aunque no todos puedan dar cuenta de un contacto efectivamente producido, cada uno de nosotros podrá ofrecer una descripción similar de estos seres celestiales: se trata de criaturas increíblemente parecidas a los seres humanos, pero con la peculiaridad de ser alados. En general, prácticamente todos nosotros los asociaríamos con el sexo masculino: a pesar de que un conocido dicho reza que “los ángeles no tienen sexo”, lo cierto es que buena parte de la iconografía los muestra con rostros de varón. Asimismo, no pocos les adjudicaríamos características aniñadas, debido a que múltiples y muy importantes cuadros y frescos de célebres artistas muestran de esa manera a una clase particular de seres angélicos: los querubines, que casi siempre han sido retratados como niños de corta edad y más bien rechonchos.
La cultura nos ha acercado a lo largo de los siglos múltiples imágenes de los ángeles y lo ha hecho desde prácticas artísticas, concepciones y épocas muy diversas. Los ángeles están en las pinturas religiosas de la edad Antigua, Media y Moderna; bajo diversas formas, aparecen en cuentos y novelas; canciones dirigidas a jóvenes y adolescentes actuales hablan de ángeles, y el cine, de cuando en cuando, también nos ofrece desde su pantalla alguno de estos seres celestiales alados, últimamente ya a veces sin alas a la vista, ataviados con sobretodo y dispuestos a permutar su celestial eternidad por una más breve, pero placentera y sensorial, estancia en la Tierra.
Alas, sobretodos, niños rechonchos, presencia en canciones de moda y en frescos medievales, pero… ¿qué es, en definitiva un ángel? ¿Qué son los ángeles? ¿Son todos iguales? ¿Cuál es su misión? Vayamos por partes.
Los ángeles son criaturas espirituales que ejercen la función de mediación y de ministerio en las relaciones entre Dios y los hombres.Ya desde la Biblia se tiene referencias acerca de ellos, pero el judeo-cristianismo no es la única rama religiosa que contempla su existencia. De hecho, en las religiones de India, Persia, China y Egipto aparecen los ángeles o, con otra denominación, lo hacen seres que cumplen funciones extremadamente parecidas. Exacto: en la mayoría de las religiones existen entidades espirituales similares y en todas se les atribuye la labor de ayudar al Ser Supremo, así como también la posesión de facultades tales como volar o materializarse frente a contadas y específicas personas.
¿Cuántos son los ángeles? No hay manera de saberlo a ciencia cierta, pero su cantidad es verdaderamente inmensa. Baste considerar que cada persona tiene su ángel de la guarda único y personal para darse una idea de a qué numero puede llegar su cantidad. Además, existen otras legiones de ángeles: protectores de cada signo zodiacal, regentes de los elementos de la naturaleza, etc.
Nos ocuparemos principalmente de un grupo de ángeles: los setenta y dos ángeles cabalísticos, entidades celestiales emanadas del Antiguo Testamento, cada una de las cuales tiene un espectro energético de correspondencias (planeta, aroma, flor, etc.) y que, de acuerdo a las cuestiones o áreas que rigen, permiten meditar acerca de cuestiones que resultan de trascendental importancia para la evolución espiritual del ser humano.
72 Ángeles Cabalísticos
1- Vehuiah
2- Jeliel
3- Sitael
4- Elemiah
5- Mahasiah
6- Lelahel
7- Achaiah
8- Cahethel
9- Haziel
10- Aladiah
11- Loviah
12- Hahaiah
13- Iezabel
14- Mebahel
15- Hariel
16- Hakamiah
17- Lauviah
18- Caliel
19- Leuviah
20- Pahalial
21- Nelchael
22- Ieiaiel
23- Melahel
24- Haiuiah
25- Nithaiah
26- Haaiah
27- Ierathel
28- Seheiah
29- Reuel
30- Omael
31- Lecabel
32- Vasariah
33- Iehuiah
34- Lehahiah
35- Chavakiah
36- Menadel
37- Aniel
38- Haamiah
39- Rehael
40- Ieiazel
41- Hahahel
42- Mikael
43- Veualiah
44- Ielahiah
45- Sealiah
46- Ariel
47- Alaliah
48- Mihael
49- Vehuel
50- Daniel
51- Hahasiah
52- Imamiah
53- Nanael
54- Nithael
55- Mebahiah
56- Poiel
57- Nemahiah
58- Ieialel
59- Harel
60- Mitzrael
61- Umabel
62- Iah-Hel
63- Anahuel
64- Mehekiel
65- Damabiah
66- Manakel
67- Eiael
68- Habuhiah
69- Rochel
70- Jabamiah
71- Haiaiel
72- Mumiah
VEHUIAH
Atributo: Dios elevado y exaltado por encima de todas las cosas
Jerarquía angelical: Serafín
Séphira: Kether
Fecha sobre la que rige: 21 de marzo— 25 de marzo
Planeta: Sol
Color de vibración: Magenta/Rosa
Aroma: Incienso
Flor: Dalia
Oración al arcángel san Gabriel
Dios Señor nuestro,
imploramos tu clemencia para que habiendo conocido tu Encarnación
por el anuncio del arcángel san Gabriel,
con el auxilio suyo consigamos también sus beneficios.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
JELIEL
Atributo: Dios compasivo
Jerarquía angelical: Serafín
Séphira: Kether
Fecha sobre la que rige: 26 de marzo— 30 de marzo
Planeta: Sol
Color de vibración: Verde claro/Azul claro
Aroma: Patchouli
Flor: Narciso
SITAEL
Atributo: Dios como esperanza de todas las criaturas.
Jerarquía angelical: Serafín
Séphira: Kether
Fecha sobre la que rige: 31 de marzo— 4 de abril
Planeta: Sol
Color de vibración: Violeta/Púrpura
Aroma: NardoFlor: Nardo
Estos maravillosos conocimientos están a tu alcance, para aprender y compartir:
Los ángeles pueden comunicarse con nosotros de diversas formas, muy posiblemente no logremos captar esos mensajes por descreimiento o bien por no estar atentos a las señales a nuestro alrededor.
Existe una forma muy peculiar y directa por parte de «ellos» de indicarnos sobre una situación o relación que nos genera dudas y/o inquietudes: a través de un oráculo.
Nadine Mirabeaux (investigadora de religiones comparadas, simbología, angeología y Kabalah) logró reunir e interpretar una serie de símbolos que han dado origen al Oráculo de los Ángeles Urbanos facilitándonos así la obtención de una visión clara e inspirada acerca de lo que los Ángeles tienen para decirnos.
La autora está trabajando en los ajustes finales de esta maravillosa obra. Iremos adelantando por este medio la evolución de la misma hasta llegar a la publicación del libro y las 32 cartas.
Alquimia Andina
Los Ángeles en la Biblia
Del libro Génesis
“El Señor se apareció a Abraham en los sagrados árboles de Mamre. Cuando Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda durante la hora más cálida del día, vio a tres hombres, tres ángeles, que están de pie allí. En cuanto él los viera, corrió afuera para encontrarse con ellos. Arqueando su cuello hasta tocar tierra, dijo: ‘Señores, por favor, no pasen por mi casa sin detenerse; estoy aquí para servirles. Permítanme traer un poco de agua para lavar sus pies y que puedan descansar aquí, bajo este árbol. También traeré un pedazo de comida que les dará fuerza para continuar su jornada. Ustedes me han honrado viniendo a mi casa, así que permítanme servirles'».
Ellos contestaron: “Gracias, aceptamos”.
Abraham fue deprisa a la tienda y dijo a Sara: “Rápido, coge un poco de nuestra mejor harina, y cuece un poco de pan”.
Después corrió a la manada y escogió un ternero que era tierno y gordo, y se lo entregó a un sirviente que se dio prisa para prepararlo. Tomó un poco de crema, algo de leche y de carne, y puso la comida ante los hombres. Allí bajo el árbol se lo sirvió y comieron. Entonces ellos le preguntaron: “¿Dónde está su esposa Sara?”.
“Está allí, en la tienda”, contestó.
Uno de ellos dijo: “Nueve meses desde ahora vendrán, y su esposa Sara tendrá un hijo”.
Sara estaba detrás de él, escuchando en la puerta de la tienda. Abraham y Sara eran muy viejos, y a Sara le había faltado ya la costumbre de las mujeres. Ella se rió y dijo: ‘Conque después que ya estoy vieja, y mi señor lo está más, pensaré en usar del matrimonio’”
Entonces el ángel le preguntó a Abraham: “¿Por qué se ríe Sara?”.
Y respondió: “¿Puedo tener realmente un niño cuando soy tan viejo? ¿No es esto un trabajo muy difícil para el Señor?”.
“Como ya dije, nueve meses pasarán y Sara tendrá un hijo”, respondió el ángel”
Pero el Ángel del Señor le llamó desde el cielo: “¡Abraham, Abraham!”.
Él contestó, “Sí, aquí estoy”.
“No hieras al muchacho, ahora sé que eres honrado y obedeces a Dios, porque ni siquiera has ocultado a tu único hijo”. Abraham echó una mirada alrededor y vio un carnero atrapado en un arbusto por sus cuernos.
Lo cogió y se lo ofreció como ofrenda en lugar de su hijo. El Ángel del Señor llamó a Abraham desde el cielo nuevamente: “Yo te bendigo y te daré bienes, pues no ocultaste a tu único hijo de mí. Te prometo que te daré tantos descendientes como estrellas hay en el cielo o granos de arena a lo largo de la costa. Tus descendientes conquistarán a sus enemigos y todas las naciones me pedirán que los bendiga como he bendecido a tus descendientes”. (Génesis)
“Alrededor de él estaban de pie las criaturas, cada una de ellas con seis alas. Cada criatura cubría su cara con dos alas, su cuerpo con dos, y usaban las otras dos para volar. Todos estaban convocando a los hombres: “¡Santo, santo, santo! ¡El Señor es omnipotente y santo! ¡Su gloria llena el mundo!”. El sonido de sus voces sacudió el templo, y el propio templo se llenó de humo. Yo dije: “No hay esperanza para mí, pues me condenaré porque cada palabra que sale de mis labios es pecadora, y vivo entre personas cuyas palabras son pecadoras”. Entonces una de las criaturas voló abajo y llevando un carbón ardiente que había cogido del altar, tocó mis labios y dijo: “Esto ha tocado tus labios, y ahora tu culpa y pecados han sido perdonados”. (Isaías)
“En el sexto mes Dios envió al arcángel Gabriel a un pueblo en Galilea llamado Nazaret. Tenía un mensaje para una muchacha prometida en matrimonio a un hombre de nombre José que era descendiente del Rey David. El nombre de la muchacha era María.
El ángel llegó hasta ella y dijo: “¡La paz esté contigo! ¡El Señor está contigo y te ha bendecido grandemente!”. María se atemorizó profundamente por el mensaje del ángel, y preguntó lo que significaban sus palabras.
El ángel le dijo: “No tengas miedo, María; Dios te ha bendecido con su gracia. Te quedarás embarazada y darás a luz a un hijo, al que llamarás Jesús. Él será grande y se llamará Hijo de Dios. El Señor Dios le hará un rey, como su antepasado David lo era, y será para siempre el rey de los descendientes de Jacob y su reino nunca acabará”.
María dijo al ángel: “Yo soy una virgen, ¿cómo, entonces, puede suceder esto?”. El ángel contestó: “El espíritu santo vendrá a ti y el poder de Dios descansara en ti. Por esa razón el niño santo se llamará Hijo de Dios”.
María dijo: “Soy la sirviente del Señor; hágase en mí cuanto Él ha dicho”. Y el ángel la dejó.
(Lucas)